La cuarta película (2007) del rudo detective John Mc Clane (Bruce Willis) no sólo cuenta con la respectiva dosis de bala y explosiones habitual en esta serie, sino resulta espectacular en cuanto a secuencias de acción y efectos especiales. En esta ocasión el héroe, auxiliado por un joven hacker, deberá combatir a unos terroristas cibernéticos que desean apoderarse de la infraestructura (financiera, energética, de telecomunicaciones, etc.) de los Estados Unidos. Enfrentando a un grupo heterodoxo de villanos, desde los rudos asesinos hasta sofisticados expertos en computación, encabezados por un sofisticado líder, Willis deberá utilizar sus rudimentarias habilidades (golpes y balazos) para impedir que suceda la hecatombe. La película tiene obviamente los excesos del caso: el héroe siempre se salva, incluso en situaciones inverosímiles pero no podíamos esperar otra cosa. Sigue vigente la dosis de buen humor hasta en los momentos más críticos. Y para quienes pensaban que la serie de Duro de Matar (Die Hard) estaba terminada, la cuarta parte nos demuestra que todavía hay Mc Clane para rato. Para regocijo de los fanáticos del género.
Duro de Matar 4.0 *** (Buena)